No hay placer que sea malo en sí mismo. Epicuro 341-270 a.c. Homo sum: humani nihil a me alienum puto

martes, 4 de octubre de 2011

PSICOLOGIA DEL BDSM pagina 3

  

Sade tubo la osadía de mandar un ejemplar del libro al propio Napoleón Bonaparte, el cual por toda respuesta lo hizo detener pero no por la sátira de Zoloé, sino –oficialmente— por la inmoralidad de la segunda novela.  La venganza del primer cónsul fue despiadada; el escritor fue llevado de prisión en prisión, sin  sombra de un proceso para ser luego internado en un manicomio, en el que murió.


<<La posteridad –escribe Lewinsohn— ha hecho del marqués de Sade un monstruo. Pero si se considera bien su vida, nada hay que incline a incluirlo en la fila de los grandes delincuentes sexuales. Excepto los dos feos episodios juveniles en París y en Marsella, no cometió jamás –que sepamos— ninguna acción sádica.


Tal vez la extrema severidad de la justicia le impidió cometerlas, pero en los pocos años de libertad no cometió más crimen que el que otros escritores, antes y después de el, ejecutaron, o sea, el de describir acciones sádicas. Era, simplemente, un pervertido de la pluma. >>
         El señor Leopold von Sacher-Masoch (de luyo linaje Krafft-Ebing tomo, hacia finales del siglo pasado, el nombre de la perversión <<opuesta>> parece, por el contrario, no tener nada que envidiar a los protagonistas de sus relatos. <<en ellos –seguimos citando a Levinson—pinto, siempre con nuevas variantes, esos particulares tipos de hombres que satisfacen su deseo sexual haciéndose  maltratar por las mujeres. Las más famosas de éstas narraciones, Venus con abrigo de pieles, y el látigo pertenecen ya a los requisitos fijos de la literatura masoquista. 

El látigo es el instrumento de la voluptuosidad; Las pieles, el “fetiche” del hombre, mientras en las primeras novelas de Sacher-Masoch prevalece aún el elemento sádico. La brutalidad de las mujeres en las sucesivas, la nota dominante es puramente masoquista: el placer… consiste en el dolor físico que la amante inflinge al hombre a bastonazos o latigazos y con torturas de toda índole. >>