No hay placer que sea malo en sí mismo. Epicuro 341-270 a.c. Homo sum: humani nihil a me alienum puto

martes, 25 de enero de 2011

LA NAVAJA DE DOS FILOS


         

        Como en cualquier circunstancia de la vida no sólo en el supuesto del BDSM, cuando se entabla relación con otras personas en la que los sentimientos se ponen en juego, es en este punto de que los estados mentales son sacudidos,  más aún cuando nos hallamos frente a una relación física e íntima, es inevitable que entre en escena esto que yo quiero definir como la navaja de dos filos, la cual por muy hábil que se sea en su manejo se corre el riesgo de verse herido por la misma.

         Las cicatrices de la misma, quedan grabadas en el alma de forma duradera e hiriente, tardando en cicatrizar, más que uno intente enterrarlas y taparlas entre capas y más capas de justificaciones y su refugios emocionales una vez te ha marcado la herida ya es indeleble.

Uno puede ser hipócrita pero mentirse a si mismo es igual que escupir a contraviento, al final el desenlace es inevitable, pero claro que os va a contar éste que suscribe que tantas veces ha caído y no ha escarmentado, ya ahora con el alma curtida con el carácter marcado, nuevamente lanzado al juego y nuevamente herido.

          Seamos amos o sumisos tan pronto nos lanzamos por lana, antes volvemos trasquilados, y que nos pone nuevamente en la palestra, está claro los buenos momentos, la emoción de la aventura, la necesidad patológica de inundarnos de adrenalina, de sentirnos importantes y realizados,  el deseo, de ser deseados y por supuesto el placer, sea de la forma que sea.

         Aquellos que son diestros en el manejo de las relaciones personales, que pueden manipular mentes, salvaguardando las suyas, que entran detrás de alguien en una puerta giratoria pero salen los primeros, que se hallan por encima del bien y del mal y que la  moral la manejan a su antojo, son los encumbrados por encima de los simples mortales, y los que mayor daño causan en su beneficio, estos que hieren sin ser heridos, doblegan a su antojo sin importar más que ellos mismos.

         También ovejas que ocultan lobos, zorros encamados, indefensos caballos de Troya, ya sean hombres o mujeres, juegan al despiste, a la psicología inversa, a ser salvados, malabaristas de sentimientos, que buscan como sus víctimas a los que se creen poderosos, a los dominadores, a los caballeros andantes de flamante armadura, que caen como moscas en la tela de araña, y sólo la fortuna salva al que se da cuenta y huyen como alma que lleva el diablo, pues seguramente se han dado cuenta de las señales de aviso,   que seguro han estado ahí todo el tiempo pues una mentira entre dos verdades es una verdad, y estos seres dominan el arte de la verdad plausible.

         No agregaré por ahora más a este articulo, valla a ser que en el despiste caiga herido, por cuenta y riesgo y por mis propias manos.