No hay placer que sea malo en sí mismo. Epicuro 341-270 a.c. Homo sum: humani nihil a me alienum puto

miércoles, 26 de enero de 2011

LA NAVAJA DE DOS FILOS II. ANGEL O DEMONIO


 

         A Petición vuestra desarrollo la segunda parte de la navaja de dos filos, esperando que tenga la misma acogida que la primera parte y despierte las mismas inquietudes.

         Todo es cuestión de separarse de la realidad un minuto, para observar desde fuera, el giro del mundo, desde esa postura, observando la escena uno puede reconocerse en el antojo del momento y evaluar el puesto que ocupa, pero cuales son las reglas del juego que se nos antojan, en cada caso particular son diferentes pero hay unas que son comunes para todos y unas realidades a la que nos enfrentamos y por su puesto asumimos.

         El primer supuesto a este respeto, nos lo encontramos cuando iniciamos una relación o estamos a punto de hacerlo y es el de quedarnos enganchado sentimentalmente o que la otra persona se enganche de nosotros, este caso que es deseable en una relación de las llamadas normales en las que el fin ultimo es la estabilidad e involucrarnos sentimentalmente para sentirnos realizados, nos da pie al segundo ejemplo.

         El segundo supuesto que nos encontramos, es el de no queriendo una relación continuada y sin importarnos involucrarnos sentimentalmente ya sea por mutuo deseo o porque creamos que podemos manejar la situación y salir airosos sin ser dañados por la contra de la navaja, al mismo tiempo empatizamos con la otra persona y nos preocupamos por la salud mental de la misma y sus sentimientos, echándonos atrás por prudencia ajena reprimiendo nuestros instintos y necesidades, abandonando antes de empezar.

         El tercer supuesto es el de satisfacer nuestros deseos, sin involucrarnos mentalmente esperando lo mismo por la otra parte, este es el supuesto que generalmente nutre la prostituciòn, con la salvedad de las relaciones ocasionales aquí te pillo y aquí te mato y si te e visto no me acuerdo muy de moda en la época en la que vivimos, aunque siempre se han hecho y han estado hay. 

         El cuarto supuesto es el de mantener relaciones paralelas, es el supuesto de las infidelidades, las personas que se lanzan a satisfacer sus necesidades fuera de su pareja ya sea por insatisfacción, aburrimiento, causalidad o casualidad, en que también los sentimientos se ponen en juego los propios y los ajenos al margen claro de que sean relaciones esporádica entrando en el tercer supuesto, donde ya han sido explicadas.
        
Sin embargo en el caso de las relaciones duraderas, cada una con sus peculiaridades, se nos presenta un abanico de opciones algunos de ellos tales como que solo una persona maneje la navaja o que lo hagan todos los miembros de este circulo.   

         Y boy a entrar en el quinto supuesto que es el de mantener mas de una relación, en que no allá un compromiso claro con ninguna de ellas que en todos los supuestos se conjuguen los sentimientos, en este supuesto hay que ser hábil en el manejo de todas las circunstancias que se puedan dar o surgir a razón de la misma y en la cual se corre el riesgo de salir herido, y al mismo tiempo de herir a terceros.

         Seguramente encontremos mas supuestos, o se puedan complementar ampliamente los aquí expuestos, pero para concretar el tema que nos aborda los boy a concluir por ahora en este punto, y continuar con el siguiente apartado.

         En este nuevo apartado me boy a referir al que maneja la navaja, sentando el punto que en una relación puede haber mas de uno que la maneje, estando todos al corriente de este punto o que se mantenga la evidencia oculta pero latente.

         Aquí nos encontramos con los que la manejan involuntariamente, con los que lo hacen concientemente pero sin medir las repercusiones, y con los que las miden y lo hacen concientemente.

         Los que inconscientemente se lanzan a la aventura con muchas probabilidades acaban heridos y hieren, y se sorprenden cuando las consecuencias caen por su propio peso precipitándose a veces de forma violenta y sin dar tiempo a reaccionar, siendo esta una consecuencia lógica como el que juega con fuego, sin precauciones.

         Los que concientemente reconocen lo que están haciendo, pero no miden las consecuencias, no pueden cuando la circunstancias no sean favorables auto compadecerse o echar la culpa a terceros de lo que ellos mismos han provocado.

         Luego están los que si saben lo que están haciendo, los que saben donde se meten y lo que ello significa, los que son prudentes en sus actuaciones y cuidan los detalles, los que se preocupan por salvaguardar sus sentimientos y los ajenos, los que manejan la navaja de dos filos con maestría cuidando de no dañar con ella ni ser dañados, a estos que hacen que sus necesidades queden resueltas, y resuelven deliciosamente las ajenas, para ellos todos mis respetos, porque es lo propio del ser humano buscarse la propia felicidad y la ajena y cada uno disfrutándola de la manera que mas guste.

         Pero también por el mismo lado están los que a su beneficio manejan la navaja  y porque es evidente que no todo el mundo es noble ni bueno, los hay que disfrutan manipulando mentes, los adictos a los estados de conciencia alterados, los que se regocijan eclipsando conciencias, los que no tienen pudor al herir y o lo hacen a placer, a los que les gusta el lado oscuro, y fingen heridas en su beneficio, manipulando la empatia, los que visten la piel del cordero y van por la vida de Ángeles siendo demonios.

         Dando por concluido este segundo apartado, Ángeles y demonios a este respeto tienen sus seguidores, y quienes se entregan a los placeres de los mismos encuentran pasión y alicientes en ambas tendencias, la navaja de doble filo puede cogerte desprevenido, pues si. Pero no hay peor palabra que un bien pudiera haber sido, y es mejor arriesgarse y haber perdido, que por no arriesgarse no haber vivido.