A
poco que alguien se interese por leer
sobre el BDSM ya sea sin tener experiencia o teniéndola, más que de sobra sabrá
o tendrá oído hablar o leído sobre las paradojas o supuestos contradictorios
que se dan en esta filosofía de vida que por nuestra convicción muchos y muchas libremente hemos elegido.
Una de las para mi importante de estas
paradojas y sobre la cual quiero referirme en este artículo, es la que dice: “a cuanta más entrega más libertad”,
frase que hace referencia a la entrega que tanto sumisas como sumisos hacen a
sus amos, en relación tanto con el control sobre lo físico como sobre lo mental
y todo ello en armonía con los consensos previamente pactados entre ambos.
Al
principio y sin profundizar mucho sobre este concepto al que hago referencia
puede parecer una absurda e ilógica contradicción, pero nada más lejos de la
realidad ya que muchos de los principios que se rigen dentro de lo normalmente
establecido socialmente, en el mundo BDSM, repercute de forma diferente y
presentan una realidad distinta plena y muy satisfactoria en muchos de los
casos sin obviar claro está, las excepciones de las que me ocuparé más adelante.
El
principio al que me estoy refiriendo representa una realidad conocida aunque no
siempre entendida ni comprendida correctamente ni siquiera por aquellos que han
hecho del BDSM su forma de vida, ya sean sumisas o amos (cuando me refiero a sumisas y o amos, me refiero en genérico
incluyendo a ambos sexos por igual sumisas, sumisos, amas, amos. Tendría que
incluir otra categoría AMAS Y AMOS con mayúsculas, pero ese es otro tema del
que ya hablaré más adelante ya que no tiene nada en especial que ver con este artículo) como decía antes de este apunte, la idea
en cuestión no se entiende enteramente
en el contesto y la profundidad de todos los significados que en ella se encierran.
Veamos,
literalmente la frase es muy evidente aunque si se es profano, amater o
inexperto pueda resultar extravagante y poco creíble y eso es porque se
requiere definir las esferas abarcadas dentro del mundo SM, a decir que:
Por
un lado hallamos los que buscan satisfacer necesidades corporales o físicas y
por otro los que persiguen gratificaciones mentales, aunque generalmente ambos
conceptos van de la mano acentuándose en una vertiente o en la otra dependiendo
de cada persona en particular, y todo ello dentro de una escala de necesidades,
gustos y conductas.
Voy
a poner unos ejemplos para situar el concepto que estoy exponiendo y para
definir un estado mental. Imaginémonos que nos acaba de tocar la lotería pero
para ser más exacto es una de esas en las que se ganan muchos millones, tantos
que en toda una vida no se den gastado, imaginémonos ya puestos que tenemos el
dinero ingresado en el banco, y además que disfrutamos de buena salud en todos
los sentido, ahora sentados en el cómodo sofá de nuestra confortable casa,
respiramos profundamente y nos quedamos mirando por la ventana un bonito
paisaje, mientras nos relajamos seguros, sin prisas y sin preocupación alguna.
Esta
sensación placentera, ausente de preocupaciones ni prisas, es una aproximación al
sentimiento y estado al que llega una sumisa o sumiso entregado, este momento
que acabo de definir es ya de por si muy atractivo y satisfactorio, aunque sólo es una parte del
concepto general. Por otro lado imaginémonos la sensación de abrigo, seguridad
confort y bienestar que puede sentir un niño en los brazos de su madre.
Asimismo esta sensación es el otro de
los parámetros que hay que sumar al primero sin olvidarnos claro está de todas
las sensaciones y placeres mentales y físicos que consigo traen una gran mayoría
de situaciones morbosas y excitantes de las practicas BDSM, siempre dejando
bien sentado que cada cual entiende el placer a su modo y manera, sin obviar la
lógica de que amo como sumisa han de compenetrarse en sus aficiones y gustos, y
que no todas las sumisas o sumisos son actos para todos los amos e igualmente
lo mismo para lo contrario, dependiendo de lo que a cada cual nos haga vibrar habría que sumar a estos estados grandes subidas de adrenalina, como lanzarse al
vacio desde lo alto de un edificio, con paracaídas claro.
Bueno
bien, llegados a este punto se podría decir que el ideal de una unión BDSM seria
una relación metaconsensuada y ciertamente y según mi parecer el metaconsenso
es el fin idílico al que dirigir toda relación de este tipo, ya que el esfuerzo
que se requiere para conseguir tal fin hace enriquecer en todos los sentidos
tanto a sumisas, sumisos, como a amos de ambos géneros. Pero he dicho que es un
fin idílico pues debemos ser realistas y conscientes ya que no en todos esta la
capacidad de conseguir este objetivo y además entra en juego los perfiles y
motivaciones individuales de cada persona ya sean amos o sumisas/os.
Si
tuviéramos que englobar todos los perfiles de las personas interesadas tanto
dentro como fuera del BDSM tendríamos una lista asombrosamente muy larga ya que
no sólo depende de la personalidad, que de por si ya es un tema complejo, sino
que además también están los gustos personales de cada individuo siendo este último un abanico muy extenso ya que este mundo engloba muchos gustos
diferentes y éstos además tienen múltiples grados y además se combinan entre
ellos.
Más
dejando sentado el supuesto antes descrito y siendo consientes de la magnitud y
realidad, es casi una obligación moral y más en relación con los amos, el estar
formados al más alto nivel posible, ser conocedores y poder tocar el amplio
abanico de temas siendo diestros en la ejecución de las artes físicas y
mentales y de ese modo poder ejercer su dominio sobre cualquier personalidad y
gustos de los seres sumisos, siendo un maestro en lo suyo haciéndose así mismo
digno de ser llamado AMO. (La práctica y
el control de esas técnicas, traen consigo habilidades que luego resultan
también muy beneficiosas fuera de lo relacionado con el BDSM)
Por
parte de las sumisas y o sumisos, es de entera obligación el estar a la altura
de ser considerados, por un o una dominante del sexo que sea según los gustos, mostrando respeto en todo momento
esforzándose al límite y en todo por satisfacer los caprichos y deseos del que
es su señor o dueño. Solo así y no de otra forma entregándose sin condición ni
reparo es como se consigue el sublime éxtasis del BDSM, alcanzando cuotas de
placeres y bienestar insospechados, con ello también quiero dejar claro que el
respeto y la disposición no están reñidos con la indisciplina y todas las
variables contrarias a la sumisión, siempre que éstas formen parte del guión y
así las considere el dominante.
Y
no quiero dejar pasar la oportunidad de en este punto acentuar, que un
dominante no es sólo una mente perversa con afán de dominio, detrás de un dominante AMO existe un laborioso y
complejo trabajo intelectual y muchas de las veces físico entre otra serie de
cosas que en conjunto son las que sientan la diferencia y donde rebosa el
respeto que hay que mostrarles, mostrándonoslos a nosotros mismos y entre
nosotros ese mismo respeto al igual que
lo hacen médicos y abogados entre ellos. No estará llamada a polémica la
comparación de este punto, pues la persona que esta formada, (que uno nunca se
forma del todo), o la que se está formando como dominante BDSM es un
autodidacta multidisciplinar, que si ponemos todos esos conocimientos en fila,
y el tiempo empleado para adquirirlos, es en mucho de los casos más que una
carrera.
Pero
continuando con el tema anterior y el que nos ocupa, fijaros entonces en otra
disposición que nos encontramos:
La sumisión egoísta: cuando explicaba hace un momento los comportamientos
y las tendencias dentro del BDSM terminé diciendo que el tema es complejo pues
los gustos son muy variados y además se combinan entre ellos, esto también
sucede con las personalidades dominantes o sumisas ya que del mismo modo que
con los gustos también se pueden combinar, a decir que el que adopta un
papel de dominante puede del mismo modo
ser sumiso y viceversa, además la interacción de estos cambios puede surgir
incluso dentro de una sesión, y todo ello es lícito siempre que entre los
componentes estos puntos estén consensuados y son muy respetable siempre que éste sea el gusto entre ellos.
Pero
no me refería a esto cuando hablaba de sumisión egoísta, me refería a otra
tendencia que encontramos dentro y fuera de las relaciones SM, que son aquella
personas que expresando unas tendencias actúan de forma egoísta en su
interacción, a decir que esperan obtener beneficios llamémosle x, a cambio de
una supuesta gratificación inconsistente dentro de un rol confuso, este tipo de
personalidades corroen cualquier relación, que acaban cesando por agotamiento.
La gran mayoría de las veces las personas que actúan de esta forma determinada
son inconcientes de su actitud, aunque culpables de los efectos de sus actos.
Un símil de lo que estoy hablando son las mujeres u hombres que niegan a sus
parejas necesidades físicas o psicológicas, y éstas las, les acaban
abandonando, a favor de otras fronteras más provechosas. (Este suceso es más
bien común)
Vamos a ir concluyendo:
¿Existen
muchas clases de amos y muchas clases de sumisas/os? -. Esto se puede ver de
dos formas, la forma coloquial que dice que cualquiera que tiene inquietudes e
inclinación sobre el dominio BDSM, y así lo autoproclama es amo. Y la forma
real que dice que un amo es aquel que tiene propiedad y dominio sobre animales
u personas, esto además tiene incluso matices como los amos online o los recién
llegados que aún sin experiencia ni posesión ellos solos se autoproclaman y
haber quien cae en la redes, pero bueno en eso hoy no me apetece ni siquiera
debatirlo así que cada uno opine y se juzgue como mejor le plazca. Después
están los AMOS o AMAS, que son los dominantes, que se lo trabajan, que
constantemente están aprendiendo y mejorando, creciendo en todos los sentidos y
no son seres conformistas buscadores de sexo fácil, que tal como están ahora
las cosas, que tener relaciones es tan asequible y fácil, meterse en el DS para
lograr este fin es rizar el rizo a mi parecer.
Esto
no es exclusivo de los/las dominantes, ya que entre los seres que gustan de la
sumisión también encontramos en ambos géneros quien busca sexo explícito, emocionante
y morboso, y que conste que éste que suscribe piensa que todos los sistemas son
muy lícitos siempre que sean consensuados. Por otro lado están las y los que
gustan del masoquismo, que también es perfecto y esto que voy a añadir ahora es
importante, (las prácticas y los juegos
BDSM no implican necesariamente sumisión o dominio.) y aquí está muchas
veces el punto de conflicto, ya que una persona que no es sumisa puede gozar
perfectamente de las practicas BDSM, ya que no son de dominio exclusivo de
nadie y no tiene porque sentirse cómoda con la sumisión, ni ser del dominio de
nadie.
A las
personas sumisas, a estas que se siente cómodas y disfrutan de la sumisión sea
en cualquiera de sus distintos grados, cuando se encuentran acogidas por un AMO
o AMA, sienten tal devoción, aprecio y admiración, que todos sus sentidos y
sentimiento se realzan de tal manera que en comparación con cualquier otro placer
el suyo se sale de la escala. Y es aquí donde la frase a la que este articulo
hace referencia A cuanto más entrega más
libertad, toma su mayor significado y su definición más alta.
Y sin
más concluyo por ahora aquí este alegato, esperando que sea tan placentero y provechoso
a quien lo disfrute, como ha sido para mí el escribirlo.
AMOGALICIA.