Ahora desde la distancia
puedo recordar y analizar la primera vez y como entré a formar parte de la
fraternidad. No fue una tarea fácil ya que fueron muy selectivos, desde la
solicitud hasta que fui iniciado pasó aproximadamente un año, eso sí en ese
transcurso asistí a varias entrevistas en las cuales me preguntaron cosas y me
describieron donde me estaba metiendo, situación que se agradece porque no tenía
mucha información más que unas ideas vagas de lo que la fraternidad era, pero
eso sí sabía seguro que quería estar pues el tener acceso a personas similares,
y a toda la información y enseñanzas de las que podría aprender y mejorar,
tanto en conocimientos como en técnicas.
En las entrevistas previas, descubrí cosas tan importantes
como que es difícil entrar y muy fácil salir y cuánta más información tenía más
ganas sentía de ser iniciado y de entrar, había escuchado rumores de lo que la
fraternidad podía ser, pero en esos momentos no tenía mucha idea de lo que me
iba a encontrar.
Recuerdo en este momento la iniciación de una sumisa, la mía
fue diferente claro yo entré como
dominate y las iniciaciones son distintas, pero la magia del momento la carga
emocional, el morbo y la expectativa hacían que el silencio previo al momento
solemne fuera intenso y emotivo.
Sumisas y sumisos para ser iniciados, al igual que para los
dominantes, no era necesario que tuvieran pareja de dominio o sumisión, pues
dentro de la fraternidad aunque cada uno tenemos nuestro rol, todos somos parte de la unidad
entre otras cosas para desarrollarnos, superarnos y aprender, dentro de la
fraternidad nadie tiene dominio concreto sobre persona alguna, pues dentro del
taller todos somos una unidad y la unidad somos todos, además hay momentos
concretos en que un dominante o una sumisa pueden cambiar su rol, pero esos son
otros temas.
En las entrevistas otras cosas que me alertaron es que si
dentro me encontraba con una sumisa o sumiso de mi propiedad, ésta tendría que
ser tratada de la misma forma que las o los demás sin represalia alguna por mi
parte, al igual que si conocía a alguien, el trato sería igual que con todo el
resto. Una regla establecida desde el principio es la del respeto y el
anonimato, nadie puede descubrir a nadie ni hacer pública su condición, ni la
pertenencia a la fraternidad, bajo pena de expulsión inmediata. Una de las máximas
que conocí fue “Respeto, serenidad,
humildad, lealtad, honestidad”.
Dentro del salón, adornado por todos los lados de elementos
simbólicos y sugerentes, nos encontrábamos todos los miembros sentados y en
silencio, en cuatro filas separadas por un pasillo, dos filas a cada lado y
mirando al centro, por un lado estaban los que eran sumisos y por el otro los
dominantes indiferentemente de hombres y mujeres ya que las diferencias de
genero dentro de la sociedad no existen.
En el fondo del pasillo al lado contrario de la puerta se
encuentra la tribuna, lugar donde se sientan tres de las figuras de mando del
taller, seis más en los bancos, dos en un
lado y cuatro más en el otro, la última de las figuras al lado de la puerta,
definiéndose de este modo el organigrama ejecutivo y de poder. El resto son los
dominantes y sumisos de ambos géneros separados entre si por el pasillo central
y por su propio rol, incluyendo a los miembros ejecutivos al igual que al resto
de los integrantes de la fraternidad, hay una escala de grado, desde los
iniciados que marcarían el punto de partida hasta el grado quinto, definiéndose
de este modo también los grados normales y básicos, dentro de la fraternidad, a
mayores de estos grados, luego están los de perfeccionamiento que van así hasta
llegar al cincuenta todos los grados son iniciáticos por lo tanto todo grado va
precedido de una iniciación en ese grado en concreto, e imprescindible entre
otras cosas para acceder al mismo.
Dentro
del taller a cada uno se nos define y trata por el nombre según nuestro grado
hasta el quinto, pues los grados de perfeccionamiento pertenecen a otro tipo de
reuniones que ahora no vendrían al cuento.
De repente unos golpes secos en la puerta que separa la
estancia en donde estamos del resto del local rompe el silencio, el que se
encuentra al lado de la puerta la entreabre y pregunta con voz de mando y
tajante “detente quien sois”, el acompañante de la sumisa desde el otro lado de
la puerta responde.
“Soy un miembro de esta
fraternidad y traigo a una interesada que desea ponerse a prueba y formar parte
de nuestra orden”
El que está en la puerta, repite en voz alta firme y clara
totalmente estas palabras hacia la tribuna, donde desde la misma se responde.
“decirle que se valla, no
necesitamos a nadie más aquí”
Estas palabras son nuevamente repetidas pero esta vez a los
que están en la puerta. Y desde allí contestan.
“Dice que persiste en entrar,
que está dispuesta a ponerse a prueba, tiene actitudes y además viene bien
recomendada”
“Pues si viene bien recomendada,
está entregada y dispuesta decirle que se prepare”
Las palabras se repiten como las veces anteriores, luego la
puerta se cierra y la sumisa va a prepararse, mientra esto sucede dentro
hablamos en voz baja de temas varios, los minutos pasan rápidos y vuelven a
golpear la puerta, nuevamente se repiten los pasos, el que está en la puerta la
abre y pregunta quien es, y nuevamente la respuesta.
“Es la candidata, que está
preparada y quiere pertenecer a nuestra orden”
Desde la tribuna se responde de forma contundente.
“Según el procedimiento de
nuestra orden, y estando todos y todas
de acuerdo darle entrada”
Ante nuestros ojos, vimos franquear la puerta a cuatro patas
a una chica desnuda, con un collar en el cuello unido a una correa que tiraba de
ella, así continuó hasta pasar la puerta y luego la hicieron ponerse de pie.
Ante nuestros ojos se mostraba completamente desnuda sólo cubierta por el collar, la cadena y un
antifaz que le tapaba los ojos, impidiéndole ver a nadie de los que allí estábamos, ni el salón y el antifaz que llevó todo el tiempo incluso cuando estaba al otro
lado de la puerta.
Sus pechos y su sexo sin depilar se presentaban
graciosamente ante nosotros, al igual que su barriga y unas generosas
caderas. En su cara se veía desconcierto y asombro, todos los que allí estábamos
sabíamos el sentimiento que podía estar teniendo pues de una forma u otra todos
habíamos pasado por experiencias similares.
Ya en el centro de la sala continúo el rito de la iniciación
y desde la tribuna prosiguieron las palabras firmes y contundentes, preguntas y
respuestas.
“sumisa, as llegado hasta aquí, has escuchado y has
respondido, pero aún estás a tiempo de retirarte e irte, sin que ello
signifique consecuencia alguna. ¿Quieres retirarte?”
“no”
“Ya que quieres continuar has
de saber que a partir de este momento se te someterá a una serie de pruebas que
has de pasar, ¿persistes en tu actitud de seguir?
“sí”
“Entonces proceder a
introducirla según los procedimientos y presentarla ante nosotros”
La puerta se abre, y el presentador tirando de una correa
hace entrar a cuatro patas a una chica totalmente desnuda, vestida solo con un
collar del que va enganchada la correa y una venda en los ojos, de este modo va
tirando de ella hasta ponerla frente a la tribuna y al principio de los bancos.
Desde esa postura podíamos observar a una chica de piel
clara, con generosas caderas y buen culo, además de unos bonitos pechos que se
entrenotan colgando, se podría decir que no estaba totalmente delgada pero estaba
muy bien, desde mi punto de vista un placer para la vista y los sentidos, mas aún
cuando desde la tribuna dieron la orden para que se incorporara parcialmente,
entonces barriga y pechos mostrados espléndidamente, sin olvidar un lindo pubis
sin depilar todavía, y más cuando en esa postura de rodillas le hicieron abrir
las piernas dejando entrever tímidamente su lindo sexo.
“Forastera, te encuentras
ante esta alambrea, formalmente constituída por personas nobles y de intachable
conducta, desnuda y expuesta a nuestros ojos, ¿Qué buscas aquí?”
El que la acompaña y sujeta la correa le susurra al oído y
ella repite lo que escucha en voz alta.
“Busco ser admitida”
“Forastera, el camino que
quieres iniciar, no es un camino fácil y esta plagado de obstáculos y de
incertidumbres, pero si no desistís en vuestra actitud y estás dispuesta, te
someteremos a unas pruebas, las cuales probaran hacia nosotros y hacia ti misma
tu compromiso. Aunque en este punto aún puedes echarte atrás, sin perjuicio
alguno y olvidaremos que has estado aquí
¿Qué dices, que quieres hacer?
Nuevamente el mismo proceso y nuevamente ella responde. “quiero
continuar”
“Ya que estando avisada y
persistiendo en la osadía de querer continuar, te enfrentarás a la prueba que
muchos y muchas han pasado antes que tú y que es la del coraje y del dolor, en
esta prueba no podéis echaros atrás ni quitarte la venda que cubre vuestros
ojos, si lo hacéis inmediatamente seréis expulsada ¿persistís en continuar?”
“Si”
“Entonces poneos de nuevo a cuatro
patas, pues así recorreréis este primer camino y comenzad”
Justo cuando acaba de hablar el que sujeta la correa tira de
ella hacia abajo obligándola a adoptar la postura mientras al unísono todos los
demás empezamos a golpear el suelo con el pie y a decir de forma continuada. “más,
más, más, más, más, más, más, más, más, más, más, más, más, más, más, más, más,
más, más, más, más, más, más, más” En el medio del pasillo central por donde
ella discurre a cuatro patas y desnuda, se han puesto obstáculos como sillas y
cosas tiradas que según va avanzando tiene que esquivar como puede mientras es
guiada con la correa al mismo tiempo que todos los que estamos cerca según va
avanzando le vamos dando cachetadas en el culo que resuenan en el aire haciendo
que a cada paso se le valla poniendo el culo más rojo y con cada una que recibe
ella intenta desplazarse, moviéndose y avanzando más rápido, aunque el que la
sujeta de la correa la lleva atada en corto, para que no avance más de la
cuenta ni se lastime con los obstáculos que hay en el camino mientras intenta
zafarse, las voces al unísono siguen sonando llenando la atmósfera de un halo místico “más, más, más, más, más, más, más, más, más,
más” mientras la chica emite quejidos a cada azote, siguiendo el recorrido y
dibujando un ocho en torno al pasillo central hasta volver al lugar donde
comenzó. Justo en ese momento un golpe seco desde la tribuna nos silencia a
todos y el recorrido termina. El que la guía por la correa la pone en posición
de nuevo frente a la tribuna y la coloca en la posición de rodillas que estaba
antes de empezar y con las piernas abiertas. Ella se acaricia el culo ardiente
y dolorido mientras su cara muestra gran sufrimiento, no podemos ver sus lágrimas
pues la venda tapa sus ojos, pero sus suspiros nos dan buena muestra de ello.
El que la sostiene por la correa le dice que lo ha hecho muy bien pero
le ordena ponerse en posición y dejar de tocarse. Ella corrige su actitud y
para de suspirar.
“acabas de superar la primera
de las pruebas, (Dice con tono firme desde la tribuna) en esta prueba que has
pasado has encontrado muchos obstáculos y sufrimientos, sin embargo la mano que
te ha estado guiando no ha dejado de estar contigo ni un sólo momento a lo
largo del camino, mostrándote que aunque las cosas se pongan difíciles y en algún
momento creas desfallecer, siempre habrá una mano que esté a tu lado y te guíe
en el camino al igual que esta solemne institución cuida de los suyos. Ya que
has pasado la primera prueba con éxito te guiarán hasta afuera para que te
repongas, mientras tanto deliberaremos. Guiarla afuera pues”
La chica es puesta en pie y sin quitarle la venda de los
ojos la conducen hasta la puerta y el que la acompaña sale con ella, una vez la
puerta se cierra ya dentro y relajados se recogen parte de las cosas que están
en el medio mientras comentamos entre sonrisas las reacciones que ha tenido y
todo lo que acaba de suceder a lo mismo que la actitud de la chica y lo rojo
que le ha quedado el culo. Todos y todas recordamos nuestras primeras
experiencias al ser iniciados y las sensaciones, la emoción y el desconcierto
de llevar los ojos tapados y no saber ni cuántas personas hay ni por donde
andamos.
Uno después de tanto tiempo recuerda con anhelo aquella
experiencia de la propia iniciación, una experiencia intensa e inolvidable
cargada de aprendizajes y simbolismos, aquellos momentos únicos e intensos que
quedan grabados en la mente de forma permanente e inolvidable y a título
personal no me los habría querido perder por nada del mundo, algo que sin duda
tendremos en común todos y todas los que hemos sido iniciados.
Nuevamente golpean la puerta, habrán pasado como cinco o
diez minutos y otra vez el que está al lado de la puerta la entreabre y
pregunta. “Alto quien sois que osáis molestarnos en nuestros trabajos” y
nuevamente la respuesta del acompañante “soy un miembro de esta solemne y
respetada orden y la candidata solicitando el paso” la respuesta se repite
hacia la tribuna.
“Si es un miembro de esta respetable
y solemne orden y la candidata darles paso a los dos”
Dándoles paso entra de nuevo el que la guía llevándola con
la correa de nuevo y esta vez de pie y andando a la candidata hasta la misma
posición de antes y con la misma venda cubriéndole los ojos, poniéndola frente
a la tribuna y con las piernas un poco abiertas.
“Candidata, hemos meditado
profundamente, y en consenso hemos decidido permitirte presentarte a la que va
a ser tu segunda prueba. ¿Estas dispuesta a continuar?”
“Sí”
“ya que has pasado con éxito
tu primera prueba y estás dispuesta a continuar te enfrentaras ahora…………………..